En muchos países la palabra fumigación es confundida con la idea de controlar plagas. Las fumigaciones masivas son realizadas a escalas muy grandes y en ambientes difíciles de controlar, por esta razón es que pueden afectar el medio ambiente y sus habitantes.
Por el contrario el control de plagas o control de pestes es totalmente encerrado en una propiedad y su alrededor. La utilización de materiales para erradicar insectos cuando es utilizada en pequeñas cantidades no solo es muy efectiva, pero minimiza tremendamente la posibilidad de causar efectos secundarios, adicionalmente cuando uno de nuestro profesionales fumiga una propiedad es porque ha identificado el insecto y/o su nido.
Líquidos utilizados para controlar cucarachas, pulgas, chinches y termitas pueden ser encontrados en el agua que tomamos a diario, pero los químicos para control de pestes o plagas dentro de casas muchas veces son confundidos con químicos utilizados para el control de plantas y epidemias masivas. La diferencia es muy grande y esto se debe respetar.
Cuando se realizan fumigaciones masivas, líquidos son expulsados con un fin desconocido y un objetivo incierto, cuando se fumiga una propiedad se conoce el objetivo y el lugar donde se debe de colocar el liquido.
El producto nos se mueve de este lugar y por eso es que no tiene efectos nocivos secundarios. Los servicios de fumigación residencial y comercial deben de ser tratados igual que los servicios de limpieza especializados, todos tienen productos que pueden ser nocivos para el medio ambiente, pero mientras sean bien utilizados, no causan daño al medio ambiente o a clientes.
Los fumigadores, exterminadores o controladores de pestes o plagas son profesionales que tienen certificaciones y estudian normas de seguridad ambiental para asegurarse de que su familia y/o sus empleados estén libres de insectos de una manera segura.